Hoy con mi esposa veiamos Como las hojas de los arboles se desprendian y caian a tierra esas hojitas que en un tiempo estubieron verdes y se movian en el arbol con el viento porque tenian vida, hoy estan por tierra para ser holladas, quemadas o arrastradas por el viento a todas las direcciones.
Pensaba en nosotros como somos felices cuando obedecemos a Dios como nos gozamos cuando estamos juntos adorandole, pero derrepente nos desviamos y nos desprendemos de El como esas hojitas que estubieron verdes pero hoy estan amarrillas casi secas.
El salmo I
En él, Dios muestra al hombre los dos caminos que puede seguir en su vida y le exhorta a seguir el del bien, que lleva a la felicidad y a una existencia en plenitud; rechazando el del mal, que lleva al sin sentido y a la nada. El camino de los sabios y el de los necios (vv 1-2), la comparación entre el árbol y la paja (vv 3-4) y el destino último de unos y otros (vv 5-6).
La primera imagen en el Salmo es la del camino. Humanamente no hay camino; se hace camino al andar». luego dice "dichoso, bienaventurado, feliz". Esta es la primera palabra que Dios nos dirige: una invitación a la felicidad, a la dicha, al gozo. Porque Dios nos ama, no se desentiende de nosotros. Al contrario, quiere indicarnos el camino de la vida y nos señala también los peligros y engaños con que podemos encontrarnos, para que podamos elegir con conocimiento.
"Que no escucha el consejo de los malos, ni se entretiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los necios". El salmista no ignora que en el mundo se nos ofrecen otros caminos
"Sino que pone su gozo en la Ley del Señor, meditándola día y noche". La "Ley" no es algo gravoso, significa la enseñanza de Dios, su Palabra
La segunda imagen en el Salmo es la del árbol robusto y fecundo, El justo, nutrido por las abundantes corrientes de agua que encuentra en la meditación de la Ley, está lleno de vida, sin miedo ante la llegada de la estación seca.
"Es como un árbol plantado junto al río: da fruto a su tiempo y sus hojas no se marchitan". La imagen de un árbol frondoso al borde de las aguas es especialmente sugestiva para los israelitas, que viven en una tierra árida y de escasas lluvias. El árbol plantado junto al río mantiene las hojas siempre verdes (signo de vigor y vitalidad) y da fruto en su sazón, a su tiempo. El árbol hunde sus raíces en la tierra, de la que recibe alimento y consistencia. No está libre del viento, que le azota con furia por todas partes, pero se mantiene erguido. Quizá sacudido violentamente, maltratado, mutilado, con alguna rama seca, pero "está en pie". Un hombre-árbol, significa un hombre con raíces profundas, convencido, que comprende el sentido de las cosas y libremente se apega a la verdad, a la vida, a Dios. Para él la fidelidad no es una palabra vacía. Los demás pueden "contar" siempre con él. Y Dios también puede "contar" con él. Su valor no está en lo que hace o en lo que tiene, sino en lo que es. Reconoce que no se basta a sí mismo. Tiene necesidad de aquella agua, de aquella vida, que sólo Dios le puede dar. Por eso practica la oración, la meditación de la Palabra de Dios.
"Cuanto emprende algo tiene buen fin". Las obras del hombre de fe no quedan a medias. Nunca se desanima, sabe esperar y tener paciencia. No se asusta por las batallas perdidas ni se desanima por los fracasos repetidos. Mira más allá de la realidad inmediata, No sabe cómo ni cuándo, pero sí sabe que la Palabra de Dios terminará cumpliéndose en el momento oportuno, que sus promesas no son estériles, que "pasarán el cielo y la tierra, pero mis palabras no pasarán" (Lc 16, 17). Sus obras y su misma vida tendrán un buen final.
"No sucede lo mismo con los malos, pues son como tamo o "paja" que se lleva el viento". que es esa paja pequeña que permanecía mezclada con el grano en las eras, después de la trilla y que se llevaba el viento al "aventar" el grano.
La tercera imagen en el Salmo es la del destino final. Allí se revela el sentido último de nuestras elecciones. No es igual haber seguido el camino de la piedad que el de impiedad; no es lo mismo haber elegido ser árbol que paja.
"No se levantarán los malvados en el juicio ni los pecadores en la asamblea de los justos, porque el Señor conoce el camino de los justos, pero el camino de los malos conduce a la perdición".
Dios te bendiga